Su carrocería transmite el "Fluidic Sculpture" que Hyundai ha elegido para diferenciar sus modelos, y es un diseño intenta crear una sensación de sinuosidad a lo largo y ancho de la carrocería, en este caso del i30 2012. Su parecido con los demás modelos de la gama actual de la marca es innegable, modelos como i40, del que parece derivar, pero es un producto de identidad propia.
Su enfoque rezuma ahora mucho más empaque y dinamismo, con una marcada personalidad, y se vale de elementos tan de actualidad como las tiras de LED para el característico alumbrado diurno y los espejos con intermitentes integrados.
La trasera muestra unos pilotos horizontales de carácter enfadado que dan paso al logo de Hyundai hacia el centro del portón. Mires por donde mires, te darás cuenta de que las líneas rectas brillan casi por su total ausencia.
El interior es igual de fluido que el exterior, aunque también recuerda demasiado a los demás modelos Hyundai, pero su diseño no deja de ser muy personal y, a mi parecer, muy atractivo. Si a esto le sumamos el aumento en la calidad de los materiales (al menos aparentemente) resulta un ambiente muy bueno en general.
En el equipamiento de este modelo no faltarán elementos como el sistema de vigilancia de ángulo muerto en los espejos retrovisores, avisador de cambio involuntario de carril, faros direccionables, el Inteligent Stop and Go, sistema de navegación con pantalla táctil multifunción, bluetooth, USB, asientos calefactables etc.
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